sábado, 27 de febrero de 2010

A proposito de Cuba

¿Quién cabe en el mundo?
CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA

Si nuestros sistemas políticos fueran lo que dicen ser, en todos los parlamentos se estaría discutiendo ahora una gráfica elaborada por Mathis Wackernagel, investigador del Global Footprint Network (California). Pero no parece que el asunto haya llamado demasiado la atención. Y sin embargo, la gráfica resulta demoledora para las más firmes certezas de nuestra clase política y, por supuesto, para los criterios más evidentes de los votantes. Sobre todo, en un mundo político en el que izquierda y derecha se llenan la boca con los objetivos del “desarrollo sostenible”.

La cosa es bien sencilla. El eje vertical representa el Índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por Naciones Unidas para medir las condiciones de vida de los ciudadanos tomando como indicadores la esperanza de vida al nacer, el nivel educativo y el PIB per cápita. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considera el IDH “alto” cuando es igual o superior a 0’8, estableciendo que, en caso contrario, los países no están “suficientemente desarrollados”. En el eje horizontal se mide la cantidad de planetas Tierra que sería preciso utilizar en el caso de que se generalizara a todo el mundo el nivel de consumo de un país dado. Wackernagel y su equipo hicieron los cálculos para 93 países entre 1975 y 2003. Los resultados son estremecedores y sorprendentes. Si, por ejemplo, se llegara a generalizar el estilo de vida de Burundi, nos sobraría aún más de la mitad del planeta. Pero Burundi está muy por debajo del nivel satisfactorio de desarrollo (0’3 de IDH). En cambio, Reino Unido, por ejemplo, tiene un excelente IDH. El problema es que, para conseguirlo, necesita consumir tantos recursos que, si su estilo de vida se generalizase, nos harían falta tres planetas Tierra. EEUU tiene también buena nota en desarrollo humano; pero su “huella ecológica” es tal que harían falta más de cinco planetas para generalizar su estilo de vida.

Repasando el resto de los 93 países, se comprende que hay motivos para que el trabajo de Wackernagel se titule El mundo suspende en desarrollo sostenible. Como no hay más que un planeta Tierra, es obvio que sólo los países que se sitúen en el área coloreada de la gráfica (por encima de un 0’8 en IDH, sin sobrepasar el número 1 de planetas disponibles) tienen un desarrollo sostenible. Sólo los países comprendidos en esa área serían un modelo político a imitar, al menos para aquellos políticos que quieran conservar el mundo a medio plazo o que no estén dispuestos a defender su derecho (¿quizás racial, divino o histórico?) a vivir indefinidamente muy por encima del resto del mundo.

Ahora bien, ocurre que el área en cuestión está prácticamente vacía. Hay un solo país en el mundo que –por ahora al menos– tiene un desarrollo aceptable y sostenible a la vez: Cuba.

La cosa, por supuesto, da mucho que pensar. Para empezar porque es fácil advertir que la mayor parte de los balseros cubanos huyeron y huyen del país buscando ese otro nivel de consumo que no puede ser generalizado sin destruir el planeta, es decir, reivindicando su derecho a ser tan globalmente irresponsables, criminales y suicidas como lo somos los consumidores estadounidenses o europeos. Tendríamos muy poca vergüenza, desde luego, si condenásemos la pretensión de los demás de imitar el modo como devoramos impunemente el planeta. Pero se reconocerá que la imagen mediática del asunto cambia de forma radical: de lo que realmente huyen es del consumo responsable en busca del Paraíso del consumo suicida y, por intereses estratégicos de acoso a Cuba, se les recibe como héroes de la Libertad en vez de cerrarles las puertas como se hace con quienes huyen de la miseria, por ejemplo, de Burundi (a quienes se trata como una plaga de la que hay que protegerse).

A nivel general, la cosa es mucho más interesante. Es muy significativo que el único país sostenible del mundo sea un país socialista. Suele ser un lugar común entre los economistas que el socialismo resultó ruinoso e ineficaz desde un punto de vista económico. Sorprende que, en un mundo como éste, la falta de competitividad pueda aún considerarse una acusación de peso. En términos de desarrollo sostenible, la economía socialista cubana parece ser máximamente competitiva. En términos de desarrollo suicida, no cabe duda, el capitalismo lo es mucho más.

El mayor reproche que se puede hacer al sistema capitalista es, precisamente, que es incapaz de detenerse e incapaz incluso de ralentizar la marcha. El capitalismo es un sistema preso de su propio impulso. El economista J. K. Galbraith decía que “entre los muchos modelos de lo que debería ser una buena sociedad, nadie ha propuesto jamás la rueda de la ardilla”. Sin embargo, nos encontramos con que, aunque nadie lo haya propuesto, este absurdo parece haberse impuesto de hecho: en el capitalismo cada uno trata de imponerse a la competencia aumentando su productividad para no perder mercado pero, al encontrarse todos en la misma carrera, no llega nunca el momento en que pueda detenerse este aumento ininterrumpidamente creciente del ritmo y la consiguiente dilapidación de recursos.

Ante esta dinámica absurda, debemos exigir el derecho a pararnos. No podemos permitir que nuestros ministros de Economía nos sigan convenciendo de que “crecer” por debajo del 2 ó 3% es catastrófico, y no podemos permitir que nuestros políticos sigan proponiendo como solución a los países pobres que imiten a los ricos. Es materialmente imposible. El planeta no da para tanto. Cuando proponen ese modelo saben que, en realidad, están defendiendo algo muy distinto: que nos encerremos en fortalezas, protegidos por vallas cada vez más altas, donde poder literalmente devorar el planeta sin que nadie nos moleste ni nos imite. Es nuestra solución final, un nuevo Auschwitz invertido en el que en lugar de encerrar a las víctimas, nos encerramos nosotros a salvo del arma de destrucción masiva más potente de la historia: el sistema económico internacional.

Carlos Fernández Liria es profesor titular de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid
Sebastián Piñera y el cinismo ante la muerte de un disidente cubano.

No se puede menos que condenar y apenarse ante la muerte de Orlando Zapata Tamaño, disidente cubano que murió después de 85 días de huelga de hambre, pero también es imposible quedarse callado frente al cinismo y uso político de la situación que esta haciendo el futuro presidente de Chile, Sebastián Piñera.

La derecha chilena tiene las manos manchadas de sangre.

Los mismos que hoy están condenando la muerte de Orlando Zapata, celebraron con champaña el asesinato de miles de chilenos el 11 de septiembre de 1973 y los días posteriores a esta fatídica fecha, esto también incluye a la mayoría de los integrantes de la Democracia Cristiana chilena, que cuando han estado en el gobierno presidentes DC, ni siquiera han querido recibir a las organizaciones de familiares de las víctimas de los atropellos a DD.HH. en Chile.

La derecha y la Concertación tampoco han condenado hasta ahora, las torturas y asesinatos que se han cometido en la base militar de Guantánamo que Estados Unidos tiene en la misma isla de Cuba y de paso además violando la soberanía de la Isla.

La Concertación y la derecha han celebrado el asesinato de mapuche en Chile.

Más recientemente estos mismos personajes han celebrado el asesinato de activistas del movimiento mapuche y protegido a los asesinos de nuestros hermanos y lo que es peor el propio Piñera ha prometido llevar a cabo la “segunda pacificación de la Araucanía”. Quien no sabe que la “pacificación de la Araucanía” no es más que una criminal carnicería, llevada a cabo por el Ejército chileno contra miles de mapuche indefensos que finalmente fueron exterminados cobardemente.

La derecha Latinoamérica y los atropellos a los derechos humanos.

Estos mismos personajes son además los que defienden y apoyan gobiernos como el de Alvaro Uribe en Colombia, país donde prácticamente se asesina a un dirigente sindical cada día, junto con los atropellos constantes de los derechos humanos más elementales de sus ciudadanos. También se callaron y no condenaron al gobierno de Alan García cuando este masacro a cientos de indígenas amazónicos el año recién pasado.

La lista es mucho más larga, México daría para escribir varios libros con las violaciones a los derechos humanos o el caso de Honduras donde el cinismo ha sido generalizado y hoy ya se está hablando de “normalidad democrática”, a pesar de todas las aberraciones anti-democráticas cometidas por la derecha hondureña.

Resumiendo lo que queda claro es que no se puede tener ninguna confianza en las condenas a las violaciones a los derechos humanos, que hacen los mismos criminales, que nunca los han respetado.

Celso Calfullan.
Socialismo Revolucionario.

viernes, 26 de febrero de 2010

A la Opinión Pública Nacional e Internacional:

La Coordinadora Político Social, el Comité de Peruanos en el Exterior y numerosos familiares de peruanas y peruanos mígrantes expresan su incondicional apoyo a los paros nacionales masivos y a las huelgas de hambre de los mígrantes en Italia, España, Grecia y Francia, rechazando tajantemente las bárbaras normas policiaco-militares para perseguirlos sin la menor piedad a los mígrantes, considerándolos enemigos internos y delincuentes. A partir de la Directiva de la ‘Vergüenza’ aprobada por el Consejo Europeo en Diciembre 2008, hoy un honesto y trabajador inmigrante impedido a ser regularizado es un delincuente para los poderosos de esas potencias imperialistas.

Esta legislación de excepción, con tribunales de excepción, los considera delincuentes, enemigos, no sujetos a derecho, a quienes se les ha conculcado todos sus derechos fundamentales ciudadanos, y pese a la protesta mundial en su contra, aún continúa penosamente y para vergüenza de Europa, en vigor.

Con estas retrógradas reformas, la Unión Europea cuenta hoy día con más de 180 insolentes cárceles con más de 100,000 prisioneros mígrantes en condiciones inhumanas e ilegales de encarcelamiento. Con más de 3,000 mígrantes que mueren cada año, como consecuencia de estas medidas draconianas para impedirles la entrada a Europa.

Son 3 millones de valientes y consecuentes compatriotas en el exterior, de los cuales Un Millón y Medio, de honestos, y explotados trabajadores que pagan todos sus impuestos, que contribuyen con centenas de millones de euros y dólares a esas economías, que son los primeros enviados a los frentes de guerra de esas agresivas potencias, muchos de los cuales dan su vida, a pesar de toda esta enorme contribución se les impide arbitraria y prepotentemente regularizar su situación administrativa. En España residen 200,000 peruanos, 131,000 en Italia.

La lucha de los inmigrantes por el ejercicio de sus derechos fundamentales es creciente. RECORDAMOS CON ENERGIA, A LOS PREPOTENTES GOBIERNOS EUROPEOS QUE LOS PERUANOS SIEMPRE RECIBIMOS A SUS CONNACIONALES CON LAS MÁS ALTAS CONSIDERACIONES Y FACILIDADES.

¡EXIGIMOS EL FIN DEL SILENCIO COMPLICE DEL GOBIERNO PERUANO!

¡EXIGIMOS ATIENDA LAS PROPUESTAS DE SOCIEDAD CIVIL!

¡BASTA DE BARBARA PERSECUCIÓN A LOS TRES MILLONES DE PERUANOS Y DE TODOS LOS MIGRANTES!

¡TRES MILLONES DE PERUANOS SOMOS HONESTOS Y CONSECUENTES MIGRANTES! ¡NO SOMOS DELINCUENTES!

¡AMNISTIA GENERAL PARA TODOS LOS MIGRANTES, LIBERACIÓN DE TODOS LOS PRISIONEROS, CIERRE DE LAS CARCELES Y REGULARIZACION ADMINISTRATIVA DE TODOS!

¡EXIGIMOS CUMPLIMIENTO Y RESPETO
DE LAS NORMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES EN DEFENSA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES!

CPS - COMITÉ DE PERUANOS EN EL EXTERIOR